De niña soñaba con estar en el ministerio de Jesús con mi marido un día. Realmente yo había admirado a el pastor y su esposa en la iglesia a la que crecí. También vi a mis padres a enseñar la escuela dominical juntos y me encontré con otras parejas de ministerio que me inspiraron por la forma en que sirven a Dios y a su pueblo bendito.

Cuando Bill y yo nos casamos en 1986 en secreto tenía la esperanza de que mi sueño se haría realidad ya que ambos estaban empezando carreras como psicoterapeutas cristianos y servíamos en posiciones de liderazgo en la iglesia. Pero me comparé con Bill y su éxito en el ministerio y sentí que no tenía mucho que ofrecer. Llegué a la conclusión, que no tengo nada especial que añadir. Yo soy invisible. Soy inadecuada e indigna del amor de Dios.

Parecía que Dios sólo quería que yo le sirviera en silencio como una esposa y una madre. Por supuesto, yo sabía que esto era importante, pero yo lo he entregado mi sueño desde hace muchos años. Hasta 2007, cuando Dios proveyó para Bill y para mi para asistir a un programa de capacitación de dirección espiritual juntos. Mi madre estuvo de acuerdo en cuidar a nuestros hijos para que hagamos esto. ¡Estaba tan emocionada!

Me aventuré en Dios, cojeando

¡Sin embargo, poco después de comenzar me rompí el pie! Tenía miedo de que en la próxima semana de entrenamiento estuviera encerrada adentro y no sería capaz de disfrutar del río y el bosque que tanto me gusta. Tenía miedo de que estuviera en dolor y demasiado distraído para escuchar y recibir de las enseñanzas y de los grupos. Tenía miedo de que estuviera perdido y no vista de nuevo.

En vez de eso me aventuré en Dios y me atreví a creer que Él me amó y buscar evidencias de su amor en mi circunstancia. ¡y las encontré en todo lugar! Nos dieron una cabaña con una gran vista del lago y los árboles así que aunque yo no podía ir de excursión, tuve la oportunidad de disfrutar sentado en la terraza. Y seguí encontrando que la gente quería cuidar de mí. Encontraron una silla de ruedas y me paseaban por el río, a la biblioteca y a las reuniones. Me afirmaban diciéndome lo bien caminaba en las muletas (¡yo estaba cojeando!) ¡Mientras caminaban lentamente a mi lado. ¡En un momento me di cuenta de que ni siquiera sentía dolor en mi pie más!

Quería confiar en estas experiencias como las bendiciones de Dios para mí, que era un Padre amoroso para mí. Por supuesto, yo “sabía” que eso es cierto, pero en el fondo de mi corazón tuve cierta desconfianza y necesidad de sanidad emocional.

Sanidad de una imagen dañada de Dios

Tal vez sabe que A.W. Tozer dice que lo más importante del ser humano es nuestra imagen o la idea de Dios. Determina cómo nos sentimos cuando nos relacionamos con Dios, con nosotros mismos y los demás. Todos tendemos a tener conceptos erróneos acerca de Dios, cuando las personas de quien dependemos nos lastiman, proyectamos nuestro pecado a Dios. A menudo nuestras imágenes distorsionadas de Dios son mentira oculta en nuestro inconsciente y que es donde hacen el mayor daño.

En una sesión nos dieron algunas representaciones artísticas del Padre y del Hijo Pródigo de la parábola de Jesús. Al meditar durante esto nuestra tarde de soledad y silencio. La idea de esto era muy atractivo para mí, pero no me gustan las fotos. Uno era religioso, otro era de África y el tercero se sentía distante.

Oré, “¡Señor, yo no me relaciono con estas imágenes!” Seguí tratando de meditar y orar, pero yo no podría conectar con Dios como mi Padre amoroso.

Loving Father and Prodigal KristiDibujando mi relación con Jesús

Luego, en la última media hora de mi tiempo la soledad sentí a Jesús decir: “Bueno, ¿qué te gusta de este dibujo, para parecerse a nosotros?”

Inmediatamente, me acordé de un recuerdo de estar en la iglesia con nuestra familia. Bill venía por la acera y Jennie estaba justo a mi lado. Cuando ella lo vio venir su rostro apenas iluminado ¡fue corriendo hacia él! Ella saltó a sus brazos por un abrazo muy fuerte y colgaba sus manos alrededor de sus hombros mientras se miraban el uno al otro en la adoración compartida y amor y gozo.

“Así es como quiero que se vea!”, Exclamé. Y el Señor parecía responder: “Bueno, muéstramelo.” Así que lo dibujé “El Padre Amoroso y pródigo de Kristi” a la izquierda. ¡Así es como quiero que mi relación con mi Padre Celestial parezca! ¡Eso es lo que Dios me estaba mostrando a través de la bondad de mis amigos!

Me di cuenta de que aun con un pie roto y un corazón que sabe que no pude correr y saltar en los brazos de Jesús ¡ Puedo abrazar el amor de Abba! Y así en los ocho años transcurridos desde entonces me he mantenido esta imagen junto a mi cama y lo uso como un mensaje para orar y ministrar más sanidad a mi imagen de Dios.

Les animo a pasar un poco de tiempo a interactuar con el Señor acerca de cómo lo ves y le invita a que le muestre lo mucho que te ama.

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